Por María Eugenia López Z, Directora Ejecutiva de Fundación Portas.
La educación superior desempeña un papel fundamental como motor de movilidad social. No solo brinda acceso a conocimientos avanzados, sino que también constituye una vía que puede trascender las barreras socioeconómicas y ofrecer oportunidades equitativas a todos los individuos, independientemente de su origen.
Promover la continuidad de estudios superiores permite proyectar tempranamente en niños, niñas y adolescentes la posibilidad de romper el ciclo de desigualdad social. Esto se debe a que la educación superior, de manera implícita, amplía el acceso a oportunidades laborales mejor remuneradas, ofreciendo a individuos de diversos contextos socioeconómicos la posibilidad de alcanzar su realización personal e ir concretando su propio proyecto de vida. Además, proporciona una plataforma para el ascenso social y posibilita de manera inédita que personas sean los primeros profesionales de sus familias, accediendo a posiciones de liderazgo, influencia y toma de decisiones.
El camino hacia la educación superior para los estudiantes de primera generación en Chile es una historia de resiliencia, determinación y esperanza. Constituye un testimonio de cómo el acceso equitativo a la educación puede transformar vidas y, a su vez, impactar positivamente en un país. Celebrar y apoyar estos logros es crucial para construir un futuro más justo y próspero para todos.
Actualmente, hay más de 450,000 jóvenes estudiando con gratuidad, lo que supone una posibilidad inédita para muchos, pero con un riesgo alto para quienes es predecible anticipar el abandono si no cuentan con los soportes y apoyos necesarios para mantenerse activos en el sistema. Desde ahí, es fundamental entender que existen tres vías de ingreso a la educación superior (CFT, IP y Universidad) que pueden facilitar el tránsito progresivo hacia la obtención de un título, especialmente para aquellos con condiciones estructurales más debilitadas.
Lo anterior se alinea con la creencia de que el talento y el potencial están distribuidos de manera uniforme en toda la sociedad y, por lo tanto, todos quienes quieran y tengan la determinación de continuar estudios superiores pueden hacerlo, independientemente de su origen o circunstancias iniciales. Destaco, por ejemplo, los beneficios que la Formación TP ofrece al ser una excelente plataforma de desarrollo con empleabilidad temprana en comparación con las carreras universitarias, siendo una buena manera de hacer un tránsito formativo con progresión de éxito en el tiempo.
Fundación Portas se convierte en un pilar fundamental en este viaje hacia el éxito de los más de 1,300 jóvenes que han sido parte de nuestra historia y que, como características principales, son la primera generación de sus familias en transitar por la experiencia de la educación superior y pertenecen a los niveles socioeconómicos más bajos de nuestro país. Esta afirmación la constatamos en la voz de más de 180 profesionales que han egresado de nuestro programa y que tienen, en promedio, más de 4 años desde que terminaron sus estudios superiores.
El 95% de ellos reconoce de manera significativa el impacto que tuvo el acompañamiento y los dispositivos de apoyo en su experiencia universitaria, mientras que el 94% destaca su influencia significativa en su vida personal. Es posible deducir, entonces, que un joven puede cerrar sus brechas individuales y sociales siendo parte de una comunidad sólida que deja una huella indeleble en quienes transitan y son parte de esta experiencia.
La historia colectiva ha demostrado que, con esfuerzo y apoyo, los individuos han logrado transformar su realidad y, en la gran mayoría de los casos, impactar positivamente en la sociedad como agentes de cambio e inspiración. No debemos minimizar que transitar por la educación superior no solo permite la realización de carreras individuales, sino que también moldea a ciudadanos comprometidos y empoderados que necesitamos para crear un futuro más prometedor para todos. El compromiso está y debe formar parte de todas las organizaciones de la sociedad civil que tienen la convicción de que la educación a lo largo de toda la vida abre puertas. Este compromiso tiene como protagonistas a los millones de jóvenes que próximamente transitarán un camino hacia un mejor futuro.