Por Bernardita Yuraszeck, Presidenta Ejecutiva de Fundación Impulso Docente.
Gabriela Mistral tuvo una idea: que en los diarios existiera una sección permanente de crónica de los colegios. «La vida de un establecimiento no debe ser solamente interna. Los maestros deben mostrar las bellezas o las miserias de su escuela, para crear, lenta pero seguramente, la simpatía de la ciudad hacia ella, ya que solo conocer conduce a amar. El niño debe ser lo más vivo y urgente», reflexionó en un texto inédito publicado en la revista Mireya de Punta Arenas hace más de 100 años.
«El niño debe ser lo más vivo y urgente». ¿Quién podría refutar hoy a la educadora y Premio Nobel, más aún en medio de la profunda crisis educativa que estamos atravesando? Cada día que pasa, hay puestos vacíos en las salas de clases. Año tras año, profesores y educadoras que decidieron dedicar su vida a educar cuelgan el delantal. Día a día, hay un niño esperando para que nos pongamos de acuerdo.
Podría seguir, pero me detengo aquí y me pregunto: ¿Cuál es la vida de los colegios hoy, qué sueñan sus estudiantes, niños y niñas, y qué necesitan sus educadores?
Los ciudadanos del futuro se forjan en el día a día de las escuelas. Lo que ocurre y ocurrirá dentro de ellas es la sociedad que queremos y estamos construyendo. En esa misión, directores, educadoras y docentes cumplen un rol único, con las bellezas y miserias que describe Mistral, pero que no debiese desarrollarse en solitario. En esa construcción, necesitamos hacernos responsables. Dada la envergadura del desafío y las implicancias para la vida en sociedad, se requiere mayor cohesión e involucramiento de organizaciones públicas, organizaciones privadas, ciudadanos, padres, madres y estudiantes.
En mayo de 2017, un grupo de organizaciones dedicadas a la educación en Chile se reunieron para definir una agenda de trabajo. Nace Acción Colectiva por la Educación, que hasta la fecha reúne a más de 30 organizaciones de la sociedad civil comprometidas con una educación de calidad, equitativa e inclusiva, que colaboran para incidir en políticas públicas educativas desde el conocimiento, la evidencia y la experiencia en terreno, buscando generar un cambio educativo a gran escala. Reavivar esta misión y focalizar esfuerzos para avanzar en este propósito es urgente. Han sido años difíciles, pero tenemos una oportunidad única de aunar fuerzas en torno a este desafío país que es fundamental si queremos seguir avanzando en paz e integración social. Sigamos trabajando juntos para construir un futuro más brillante y equitativo para todos los niños.